El bruxismo es una actividad parafuncional musculo-mandibular involuntaria, no funcional y repetitiva. Está caracterizada principalmente por el apretamiento o rechinamiento de los dientes, ya ocurra durante el día o durante la noche, lo cual tiene consecuencias para el paciente.
Las consecuencias del bruxismo para los pacientes que lo desarrollan van desde atricciones, abfracciones, hipersensibilidad dental, trastornos en la articulación temporo mandibular (ATM) y dolor en la musculatura.
¿Como podemos saber si somos bruxistas?
Podemos detectar signos de bruxismo en revisiones rutinarias en el dentista, en las que observamos perdida de esmalte, dientes fracturados, hipersensibilidad… En ocasiones los pacientes son conscientes de que padecen este tipo de patología y acuden a consulta porque al despertar refieren haber apretado los dientes, molestias en la musculatura o dolor en las cervicales.
¿Existe tratamiento para el bruxismo?
Existen tratamientos para la prevención de los daños causados por el bruxismo como las férulas de descarga. El bruxismo es un acto involuntario, por lo que no podemos controlarlo, ya estemos despiertos o dormidos. En ocasiones los pacientes refieren darse cuenta que están apretando los dientes mientras realizan tareas rutinarias del día a día.
Es muy importante hacer que el paciente conozca su patología y sea consciente de que aprieta
y rechina los dientes. En ocasiones el paciente no se da cuenta hasta que lo descubre en una revisión anual en su dentista. El tratamiento del bruxismo según su severidad puede ir acompañado con fisioterapeutas que traten el área muscular. También puede estar causado por maloclusiones y sea necesario un tratamiento de ortodoncia. En casos mas complejos debería recurrirse a tratamientos quirúrgicos. En cualquier caso, lo mas importante, como en la mayoría de patologías, es detectarlas a tiempo.